CENA DE NEGROS

Marco A. Vázquez  Asesinos…

¿Quién es el culpable de la muerte de 85 personas y más de 50 heridos, entre ellos muchos menores, en la explosión de un ducto de gasolina en el Estado de Hidalgo?  Alejados de todo apasionamiento político, de filias y fobias, es obvio que se trato de un suicidio, los hombres y mujeres saqueando y motivando a menores extraer un producto que con cualquier chispita puede estallar, como ocurrió y convirtió todo eso en un infierno.

También sin apasionamientos, sin filias y sin fobias, hay que decir que el gobierno tiene parte de culpa, todos los anteriores por llevar a esta sociedad a enfermarse de corrupción, por hacerle creer que quien no transa no avanza, peor aún, por brindarles servicios educativos mediocres, incapaces de convertir en mejores seres humanos a las personas.

Este gobierno de Andrés Manuel López Obrador también tuvo participación, no puede ser que por cobardía hayan retirado a los elementos del ejército y otras fuerzas, que no hayan medido los riesgos como para saber que habría sido mejor que hubiera uno, o dos muertos, muchos heridos, pero no 85 personas que perdieron la vida de manera horrible, quemados en vida, y otros 55 que se debaten entre la vida y la muerte por la misma razón.

Claro es que el gobierno del Estado de Hidalgo en mucho tiene culpa por no tener a una policía capaz de enfrentar a estas multitudes con el menor número de daños.

Si, entre los delitos del gobierno está el no poder frenar el robo de gasolina, en convertirse en un rehén de delincuentes de cuello blanco que gozan de total impunidad mientras la gente del pueblo sigue viviendo en la pobreza y hasta muriendo por arrebatar poquita riqueza de esa que según la Constitución, a todos nos pertenece.

De lo narrado todavía hay versiones peores, algunas que parecen locuras o estupideces como las que apuntan a la provocación de la tragedia para justificar actos de gobierno en el combate a robo de gasolina, tal vez por ello hoy, la reina de todas las versiones, es la que llega a señalar a Andrés Manuel López Obrador como asesino, como el culpable de todas las muertes habidas y por haber que tengan relación con gasolina.

Así es, la tragedia lamentablemente ya se usa políticamente de un lado y del otro para meternos ideas nefastas en la cabeza, para crear una crisis de credibilidad y seguir dividiéndonos como hasta hoy sucede, sin fundamento alguno.

Lo lamentable es que los del pueblo peleemos y sigamos provocando odios en quienes no comulguen con nuestras ideas políticas como si fuésemos los grandes beneficiarios del negocio del robo de la gasolina.

Vea de que le hablo, en Tamaulipas hasta ahora no ha faltado gasolina y estamos enfrentados y fomentando odios por ese tema, unos contra el presidente y el partido que representa, otros contra panistas y priístas porque, según ellos, fueron los que provocaron el saqueo a Pemex.

La verdad es que hemos caído en el juego de los partidos políticos y sus hombres poderosos, el problema se ha convertido en un tema de politiquería en el que ellos ganan y se carcajean mientras nosotros seguimos debilitándonos y en esas condiciones somos vulnerables ante las nuevas amenazas e incapaces de enfrentar los problemas que ya tenemos.

Miré, es increíble pero el tema del desabasto de gasolina y también el robo, el huachicoleo dicen ellos, es la principal discusión de una región que no padece el primer problema como es Tamaulipas, eso es lo grave porque nos hace olvidar que este año hay elecciones de Diputados, que en Matamoros existe un conflicto laboral que puede poner en riesgo miles de empleos, es más, ya ni siquiera nos queremos acordar de la violencia y los muertos de todos los días.

Y de eso hablamos, de que el huachicoleo ya parece un problema ficticio o provocado y alentado por los políticos para dividirnos, para que sigamos en sus manos y tan mansamente nos olvidemos de lo importante para caer en las garras de inventores de cuentos chinos, de quienes hacen del odio una industria que solo le beneficia a los poderosos, a quienes ya tienen presupuestos para devorar.

¿Asesinos?, pues quizá lo seamos todos, el presidente, los partidos políticos, los delincuentes, el propio pueblo que no entiende que ya son tiempos de moralizarnos e ir corrigiendo lo que tenemos cerca para que lo demás funcione de manera correcta, que no entendemos que mientras no participemos en política quienes se dedican a esa actividad seguir haciendo lo que les venga en gana ó, usted qué opina…

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