Desde esta esquina

MATAMOROS: LOS FACTORES DE LA PRODUCCIÓN.

¿Qué está sucediendo en Matamoros? Ayer viernes, de acuerdo a los plazos perentorios, pudieron suceder dos cosas:

1) Que estallara la huelga, algo que desde hace muchos años no se veía;

2), o que haya un acuerdo, resultado de una negociación y en la cual, ambas partes, hayan tenido capacidad para establecer un punto de acuerdo.

Todos, matamorenses, tamaulipecos, en fin, todos, deseamos y queremos que haya un acuerdo.

En los días que lleva el conflicto nos hemos enterado por los medios de comunicación como por las redes sociales como, unos y otros, dan sus argumentos, alegan y alegan, pero lo cierto es que, esa situación, ya ocasiono –en lo general- pérdidas para los empresarios y un ambiente de incertidumbre para buena parte de las familias, más cuando una empresa ya anuncio que se retira del mercado, dejando a 1500 obreros sin chamba.

USTEDES CONOCEN EL PROBLEMA.

Viendo el desarrollo de los acontecimientos de Matamoros me acorde de El Oso, de Luis Humberto Hinojosa Ochoa, que hace años fue líder sindical en la sección magisterial de Nuevo León.

Cuenta que un día llegaron a su oficina los profesores de una escuela, que tenían un problema interno. Que les dijo, ustedes conocen el problema y ustedes tienen la solución.

Me voy a almorzar, regresando espero tengan una solución… si no, yo decidiré pero se aguantan.  Efectivamente, para algunos la política es negociación, es acuerdo, es decir, las partes involucradas tienen que llegar a un acuerdo en donde, ambas partes se beneficien y las pérdidas no sean tan grandes. Es decir, ceder y buscar un punto de acuerdo. No hacerlo, es tener un choque de trenes en donde todos pierden, estirar la cuerda hasta que se rompa… es lo que sucede, obvio, con la empresa que prefiere cerrar sus puertas.

LOS FACTORES DE LA PRODUCCIÓN.  Para que haya producción se requiere capital y trabajo; el capital lo ponen los empresarios y el trabajo, se entiende, los obreros; y en medio de ellos aparece el estado como árbitro que, en la mayoría de las veces, está más a favor de los empresarios, de los inversionistas. Hay, sin embargo, una variación: el tipo, o naturaleza del gobierno; se entiende que, en este caso, AMLO debe estar con los trabajadores porque los trabajadores fueron su apoyo. Así como fue en tiempos de Lázaro Cárdenas.  Si nos vamos al extremo de Carlos Marx diríamos que los empresarios, como capitalistas, inversionistas, siempre buscan tener más ganancia a costa de la explotación del obrero; y que los obreros, luchan y se defienden, en aras de tener un mejor sueldo o salario, toda vez que ellos son, en términos estrictos, quienes trabajan la materia prima y elaboran el producto que, tarde o temprano, está en nuestras manos.

La plusvalía, sin embargo, se queda con el capital… hay, se crea riqueza, pero no se redistribuye entre todos.

EXPLOTACION EN MAQUILADORAS. El capital más explotador de la mano de obra, de sus obreros y trabajadores, es el de las maquiladoras. Su nombre lo dice: maquilan, hacen partes de un todo, que luego van a una planta ensambladora y terminan el producto. Es la división técnica del trabajo: por decir, un automóvil se ensambla en un lugar específico; pero sus partes se construyen, se elaboran, ahí donde sale más barato. Es el papel que cumplen las maquiladoras, aquí y en China, construir barato para que haya más ganancia en la comercialización del producto.  Y México, a esas maquiladoras –de capital extranjero por lo regular-, les ofrecen terrenos, estímulos fiscales y, entiéndase, mano de obra barata: porque crean empleo, con todo y que son salarios de hambre, de muerte, porque a veces no alcanza ni para lo mínimo, para sobrevivir.

Y cuando esas condiciones se alteran, por lo regular, la acción es irse, buscar otro país, otro lugar, que les proporcione las mismas ventajas de ganancia a costa de la explotación laboral. El Estado, el Gobierno, siempre ha estado con los empresarios, no con el obrero, el trabajador.

RETO LABORAL. Quienes han dado seguimiento al problema de Matamoros habrán notado que el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca ni los veía, ni los sentía, menos los escuchaba.

Así, hasta que estallo el polvorín y, más tarde que temprano, se pidió la intervención de AMLO, el presidente de los pobres. Sin embargo, ya una empresa decidió irse, ya  los trabajadores de AIPSA pusieron las banderas rojinegras y, todo hace indicar, así sucederá con las 45 maquiladores. Espero, en serio, no equivocarme y que haya una solución. Por lo regular, el gobierno no tiene conciencia de clase; y los empresarios, solo tienen conciencia explotadora.

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