Seguridad hídrica binacional: expertos proponen nuevo modelo de cooperación México – Estados Unidos
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Tijuana, BC, a 29 de julio de 2025. Ante los crecientes desafíos que enfrenta la gestión compartida del agua, especialistas presentaron el documento “Perspectivas de las aguas transfronterizas México – Estados Unidos: Orientaciones hacia la seguridad hídrica”, una ruta técnica y basada en ciencia para fortalecer el modelo de cooperación hídrica entre ambos países.
La iniciativa, coordinada por la Red del Agua UNAM, el Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los Auspicios de la UNESCO, Agua Capital, –y que contó con la participación de CONAGUA– parte de un diagnóstico detallado sobre el deterioro de las cuencas binacionales de los Ríos Bravo, Colorado, y Tijuana, las cuales enfrentan niveles críticos de estrés hídrico. En el caso del Río Bravo, se ha perdido 83% de su caudal natural y 30% del agua recibida no se trata adecuadamente. Por su parte, el Río Colorado padece una sequía extrema, mientras que el Río Tijuana tiene grandes retos relacionados con el saneamiento.
A partir de este análisis, se concluye que las condiciones actuales –marcadas por el cambio climático, el crecimiento urbano, la sobreexplotación y contaminación de los recursos hídricos-, requieren medidas urgentes y estructurales. Además, propone que esta agenda sea prioritaria en los planes y políticas federales, dada su relevancia económica, social y diplomática. Su implementación permitiría preparar técnicamente al país para futuras negociaciones del T-MEC, fortaleciendo la corresponsabilidad entre los tres órdenes de gobierno, la academia, el sector privado y la sociedad civil.
“México ha sido históricamente un referente en la gestión de aguas compartidas, sin embargo, los retos actuales exigen herramientas y técnicas actualizadas, una mayor articulación institucional y un enfoque de cooperación sustentado en evidencia científica. El análisis es una perspectiva que ofrece propuestas específicas y acciones concretas en las que destaca un espíritu de colaboración, entendiendo que es un tema en el que deben de estar involucrados autoridades, sectores y usuarios de ambos países, pues se trata de administrar un bien común”, precisó Eduardo Vázquez Herrera, Director Ejecutivo de Agua Capital.
“La cooperación en materia de agua entre México y Estados Unidos debe evolucionar hacia un modelo basado en conocimiento científico, resiliencia climática y complementariedad institucional. Se requiere una planeación para la seguridad hídrica que considere escenarios de largo plazo –de 15 a 25 años– y relaciones de cooperación entre los dos países. Esta relación debe continuar para estimular el desarrollo y preservar la viabilidad de las ciudades y territorio en ambos lados”, subrayó el Dr. Fernando González Villarreal, director del Centro Regional de Seguridad Hídrica (CERSHI) bajo los auspicios de la UNESCO.
Entre los principales hallazgos volcados en el documento, se identifica la necesidad de desarrollar un Plan de Seguridad Hídrica para la frontera norte, que incluya medidas estructurales y no estructurales para avanzar hacia una gestión sostenible del recurso, como:
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Fortalecer las capacidades institucionales de la Comisión Nacional del Agua y la sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
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Garantizar la sustentabilidad financiera mediante la creación de un Fondo para la Gestión de Aguas Transfronterizas.
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Priorizar la zona fronteriza en el Programa de Ordenamiento de concesiones y asignaciones.
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Incorporar los ríos fronterizos en el Programa Nacional de saneamiento y restauración de estos cuerpos de agua.
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Lograr un balance entre la oferta y la demanda de agua garantizando la protección de ecosistemas y fuentes de agua.
Por su parte, Paola Félix Díaz, coordinadora general del Acuerdo para el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) comentó que la situación del agua en el norte del país “es una oportunidad para redefinir las prioridades y construir una relación más ética, solidaria y sostenible. El documento ofrece un diagnóstico y una ruta clara para enfrentar estos retos; fortalecer a las instituciones encargadas del Tratado de 1944. Desde Conagua estamos alineados a estas propuestas y la estrategia nacional que encabeza el acuerdo”.