La renovación política en Altamira es con Luz Verde y vocación de servicio: Fernando Pumarejo

Altamira, Tamps.- En una conversación transmitida por streaming durante el programa Tarde de Café, Fernando Pumarejo Armas, delegado municipal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Altamira, ofreció una visión franca y refrescante sobre su incursión en la política, desmarcándose de los viejos clichés de la política tradicional y apostando por una generación con vocación, preparación y visión de futuro.

Apenas iniciada la entrevista, el tono fue distendido, casi coloquial, recordando que el movimiento Ponte Verde guarda cierto aire de competencia como en la serie “El Juego del Calamar”. Sin embargo, pronto el delegado giró la conversación hacia un terreno más serio y estratégico: “Luz Verde en Altamira la aceptamos al 100%. Estamos listos para avanzar con el respaldo de nuestro dirigente estatal Manuel Muñoz Cano”, declaró.

Graduado en Ciencia Política por el ITAM y en Derecho por la UNAM, Pumarejo Armas representa una fusión inusual en el panorama local: técnica académica y sensibilidad social. Lejos de lo que algunos rumores han querido insinuar —sobre un posible “pase con billete verde (dólares) en mano” al interior del PVEM—, Fernando explicó que su incorporación fue resultado de una invitación por parte de un excompañero universitario, quien lo presentó a Karl Heinz Becker Hernández, entonces delegado nacional del Verde en Tamaulipas.

“No llegué por dinero ni por palancas. Llegué por convicción, por un deseo legítimo de contribuir al bienestar colectivo”, enfatizó, enfrentando de forma directa las sospechas habituales que contaminan la percepción de la política local.

Si bien Pumarejo Armas reconoce la influencia de figuras políticas como Manuel Muñoz Cano y Eugenio Hernández Flores, exgobernador de Tamaulipas, se cuida de no presentarse como un mero producto de padrinazgos. Más bien, describe su relación con ellos como una oportunidad de aprendizaje: “Coincidir con ellos ha sido un privilegio. Considero a ambos como grandes referentes en el desarrollo social del estado”, afirmó.

Según Pumarejo Armas, este equilibrio entre admiración y autonomía es relevante en un entorno como el de Altamira, donde la legitimidad suele ser cuestionada por razones ajenas al mérito.

Pumarejo, consciente de ello, construye su imagen sobre la base del trabajo y la renovación generacional, más que sobre los vínculos de poder.

Una de las declaraciones más sobresalientes de la entrevista fue su insistencia en que la política, más que un negocio, debe ser entendida como una vocación: “A mí lo que me

mueve es el servicio. Eso me viene de casa. Mi madre es una mujer con un gran sentido del deber, y eso lo traigo en el ADN”, compartió, conmovido.

Frente a las preguntas incisivas pero deslumbrantes al panorama añejado sobre si veía la política como un vehículo de intereses empresariales, Pumarejo Armas, fue tajante: “La política no es para enriquecerse, es para enriquecer la vida de los demás”.

Pese a ser un político joven en una plaza tradicionalista como Altamira, Pumarejo no teme hablar del miedo y del escepticismo que enfrentó cuando decidió hacer públicas sus opiniones políticas. “Un amigo me dijo que se iban a reír de mí. Y le respondí: ‘¿Y qué tiene?’. Me pareció liberador pensar que cada quien tiene derecho a construir su propia historia”, relató.

El joven posee un espíritu de romper con las formas anquilosadas del quehacer político lo ha llevado a promover una narrativa de cambio: más participación juvenil, más innovación, más cercanía con las causas sociales y ambientales que le dan sentido al Partido Verde.

Pumarejo Armas no solo apunta a una estrategia personal, sino a una transformación de fondo en el ecosistema político altamirense. En un entorno donde los rumores, las especulaciones y las redes de poder suelen marcar el ritmo, su presencia representa una bocanada de aire fresco.

El dirigente está consciente de que la desconfianza ciudadana hacia los partidos sigue siendo alta, se muestra abierto al escrutinio y a los cuestionamientos: “Prefiero que me pregunten de frente a que lo hagan por detrás. Aquí estoy para responder, con argumentos y con trabajo”, concluyó.