Habitantes de la colonia transformación social claman por agua; el gobierno municipal no los escucha

 

–Hace casi tres años, los vecinos le pidieron a la alcaldesa agua, drenaje, camiones urbanos y una escuela, pero no han obtenido respuesta

Por: Manuel Madrid / Fotos: Ismael Vilches

NUEVO LAREDO, Tam.- A pesar de que Nuevo Laredo es considerado como la ventana de la patria, y que este año tuvo un presupuesto de más de mil 400 millones de pesos para ejercerlo en obra pública, en la periferia de la ciudad existen núcleos poblacionales olvidados, cuyos habitantes se sienten abandonados por el actual gobierno municipal, como lo es la colonia Transformación Social.

Este asentamiento, el último al norponiente de la mancha urbana, aledaño al Puente Internacional 3, carece de los servicios más elementales para la subsistencia humana, como es el agua potable y el drenaje sanitario.

“Los invité que vinieran a la colonia porque también nosotros estamos olvidados acá, por las autoridades, lo que son los 3 años de la administración de Carmen Lilia, nada más una sola vez nos vino a visitar, cuando recién empezó, vino a darnos una vuelta, según ella nos vino a decir que qué necesitábamos”, señala con profunda tristeza doña María de la Luz Huerta Salinas, por muchos años lideresa de ese apartado sector.

Sentada en su inseparable compañera, una vieja silla de ruedas, pero con la esperanza de que los medios de comunicación sean el vínculo para ser escuchada y atendida por las autoridades, recuerda que hace casi tres años le entregaron a la actual alcaldesa un pliego petitorio con la construcción de una escuela primaria, como primera solicitud.

La más cercana les queda a 4 kilómetros, una distancia difícil de recorrer diariamente.

“Tenemos que caminar 4 kilómetros a la Unión del Recuerdo, para que los niños vayan a clases, y hay muchas personas que están enfermas que no pueden ir, como yo que estoy en mi sillas de rueda, y así hay dos tres personas que no pueden caminar y 4 kilómetros se me hace mucho para los niños, ahorita por el calor y cuando llueve está un zoquetal”, señala.
Como era de suponerse, no hubo respuesta.

La segunda petición fue el transporte urbano, y corrieron la misma suerte.

“Yo soy la presidenta de la colonia y metimos toda la papelería con firmas y nunca tuvimos respuesta”, agrega Doña María.

Y lo mismo ocurrió con otras peticiones que le hicieron en aquella ocasión.

“No tenemos drenaje, no tenemos agua, la pipa nos deja agua pero no es suficiente, el lunes nos deja 2,500 litros de agua y el viernes nada más deja 500 litros y a veces, imagínese las familias completas, qué hacemos”, menciona la lideresa con una voz que deja percibir desencanto, frustración e impotencia.

Para esta lideresa, que representa a unas 35 familias y que vio nacer su colonia hace ya casi 20 años, la indiferencia que les ha mostrado la presidenta municipal, es marcada y desesperante.

“Nos sentimos como si estuviéramos en un hospital de locos, atados de pies y manos, porque yo que no puedo caminar, ¿qué puedo hacer?, y aun así hago las peticiones y grito y hablo y echo en el Face, en donde sea”, señala.

A estas alturas, su urgencia no es la pavimentación de la colonia, tan sólo quieren agua, drenaje sanitario, camiones urbanos y una escuela. También un consultorio médico. Hace mucho llegaba una unidad médica todos los miércoles, pero de repente dejó de visitarlos.

En cuanto al agua potable, cerca de la colonia existen tres tomas ya cercanas. Una de ellas está en el lugar conocido como La Carbonera, otra está por la prolongación Eva Sámano, que está convertida en un auténtico tiradero de agua, debido a que la manguera que abastece del vital líquido está abierta todo el día y el agua derramándose hacia los zacatales.
“La tubería está ya muy cerquita, ya hemos hablado, pero para nosotros no hay recursos”, menciona la mujer.

Y refiere que antes de que terminara la anterior administración les dijeron que los recursos para esa obra ya estaban contemplados en el programa federal del Ramo 33, “pero cuando ya entraron los que están ahorita todo se perdió. Quien sabe a dónde se iría ese dinero,
como ya no nos hicieron caso para nada, antes podíamos ir a la presidencia 2 o 3 personas y nos recibían, ahorita ya no quieren ni que te acerques”, acusa doña María de la Luz.

Por eso, con un dejo de desesperación, la lideresa recurre a los medios de comunicación como su única esperanza de que la actual alcaldesa, que hasta ahora les ha mostrado su lado sordo, mudo y ciego, atienda su clamor:

“Que todo el mundo se entere que estamos necesitamos y que la presidenta voltee a vernos y que nos ayude con lo que estamos necesitando, porque es una obligación de ella y es un derecho que tenemos nosotros, por eso pagamos predial y tenemos derecho de pedir y exigir”, concluyó.

 

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