Crisis fabricadas, soluciones reales

En Matamoros, algunos intentaron fabricar una tormenta política donde sólo había nubes administrativas. En cuestión de horas, ciertos adversarios buscaron convertir un trámite rutinario en una “crisis” de gobierno. Fue el libreto de siempre: declaraciones altisonantes, micrófonos abiertos, y el intento de hacer ruido para generar caos. Pero esta vez, el guion se les cayó muy pronto.
El gobierno de BETO GRANADOS reaccionó con una rapidez poco común en la política local. En menos de una hora, convocó a conferencia de prensa, dio la cara y explicó con claridad lo ocurrido. Sin esconderse ni buscar culpables, puso los hechos sobre la mesa y, con eso, desinfló la narrativa de la “crisis”. Mientras algunos se dedicaban a emitir comunicados, el Ayuntamiento hacía lo que debe hacer un gobierno con rumbo: abrir puertas, escuchar y resolver.
En menos de 24 horas, el resultado fue contundente. Se eliminaron las multas y recargos que habían generado la molestia, y se presentó un plan de regularización accesible para los negocios. En lugar de enredarse en el conflicto, el alcalde BETO GRANADOS optó por el diálogo. Transformó un reclamo en una oportunidad de entendimiento, y una polémica en acuerdos concretos. Eso no es casualidad: es oficio político.
El encuentro con los empresarios restauranteros fue muestra de ello. Lejos de los reflectores, gobierno y sector privado entendieron que el verdadero problema no era de voluntad, sino de procedimiento. Hoy trabajan juntos en un modelo de trámites más simples, menos burocráticos y más justos. Lo que comenzó como un intento de confrontación terminó siendo una lección de colaboración.
El sector empresarial respondió con madurez. INDEX, CANACO, UCEN, CANACINTRA, CANIRAC, Pollo Feliz, Carnicerías La Nacional y muchos otros comercios respaldaron públicamente la postura del gobierno. No hubo persecución ni imposiciones; hubo diálogo y soluciones. Porque en política, cuando hay liderazgo, el consenso llega más rápido que la polémica.
Esa es, quizá, la diferencia esencial entre quienes gobiernan con oficio y quienes viven del ruido. BETO GRANADOS ha demostrado que el poder no se ejerce gritando más fuerte, sino resolviendo con inteligencia. Y lo hace acompañado de un gobernador, AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, que entiende la estabilidad como condición indispensable para el progreso.
En tiempos donde abundan los políticos que apagan incendios con gasolina, Matamoros ofrece una escena distinta: un gobierno que prefiere la estrategia a la estridencia, el diálogo a la descalificación. Por eso, guste o no, el mensaje es claro: el Renacimiento de Matamoros avanza, y nada ni nadie va a detenerlo.

