Américo ¿guerra sucia o campaña negativa?
ANTONIO FRAUSTO
Enviar un reportero a provocarlo para que responda agresivamente, la publicación de notas sobre problemas legales por violencia de un familiar hace años y hasta dudar de su militancia partidista, son algunas de las cosas a las que Américo Villarreal Anaya, se ha tenido que enfrentar durante esta precampaña.
Los ataques contra el precandidato, obedecen a una línea muy clara en comunicación política, se tiene que golpear a quien encabeza las preferencias electorales y sus adversarios lo están aplicando.
En la encuesta publicada por Massive Caller el 2 de febrero, marca al morenista con una amplia ventaja de 48.3 por ciento de intención de voto, contra 21.9 por ciento y 6.6 por ciento de los precandidatos de la alianza Va por Tamaulipas y Movimiento Ciudadano, respectivamente.
A unos días de concluir precampañas y con un in pass de casi dos meses de intercampañas, es seguro que las embestidas contra su persona se incrementarán. Américo se encuentra ¿En medio de una guerra sucia o de una campaña negativa?
De acuerdo con José Antonio Sosa Plata, especialista en estrategia en comunicación política y entrenamiento en medios, la guerra sucia y las campañas negativas no son los mismo, aunque persiguen el mismo fin, dañar la imagen del político frente a los electores.
La diferencia entre ambas, es que la campaña negativa es legítima, porque los ataques están basados en argumentos, mientras que la guerra sucia se caracteriza por información falsa para desprestigiar, calumniar o denigrar al candidato.
¿FUNCIONAN O NO LAS CAMPAÑAS NEGATIVAS?
Una campaña negativa muy exitosa fue la emprendida contra Andrés Manuel López Obrador en 2006, en donde se aseguraba que era “un peligro para México”, afectando la imagen del candidato, registrándose una votación muy cerrada y polémica.
Sin embargo, no todas las campañas negativas o guerra sucia funcionan, en el 2016, el candidato Francisco García Cabeza de Vaca, fue objeto de todo tipo de ataques, desde una relación con bandas delincuenciales, tráfico de influencias y enriquecimiento
ilícito por su amistad con los hijos de Martha Sahagún, hasta formar parte de una secta que realizaba ritos.
Todos estos ataques contrario a perjudicarlo, lo que hicieron fue reforzar la idea de que era el único candidato que podía vencer al PRI en las urnas, lo que combinado con una excelente narrativa de campaña con frases como “de que se van se van” y “ni me doblo, ni me vendo” lograron que obtuviera una victoria histórica.
Otro ejemplo, es la más reciente elección a gobernador de Nuevo León, cuando Adrián de la Garza candidato priista, exhibió en un video a Samuel García, niño, en una fiesta con un supuesto líder delincuencial, en lugar de dañarlo, posicionó su imagen ante el electorado haciéndolo ver como el candidato antisistema y despuntando en la intención del voto.
RECOMENDACIONES
Mientras los ataques sean sin relevancia en la opinión pública, el candidato no debe responderlos, ya que lo único que haría, es darle importancia y difusión al asunto.
Plan de control de daños
Ante señalamientos con argumentos que generen dudas entre los electores, el candidato debe estar preparado sobre ciertos temas y tener desde ya, un plan de control de daños, con un plan A, B o C para actuar de inmediato, antes de que le genere una verdadera crisis en campaña.
Analizar pros y contras
Mientras que los adversarios del candidato morenista, deben analizar muy bien, si una estrategia de guerra sucia o campaña negativa funcionará, porque de lo contrario, en lugar de afectarlo lo victimizarán y consolidarán su posición como favorito.
¿Qué acciones tomará Américo Villarreal para contrarrestar la guerra sucia o campaña negativa en su contra? ¿Qué estrategias implementarán sus adversarios para dañar su imagen? ¿Les funcionará? La respuesta la sabremos el próximo 5 de junio.
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