‘Agridulce’ pacto arancelario; demandan mayor certeza para el T-MEC
El presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior, Carlos Novoa, dice que las empresas piden estabilidad para cerrar negocios. Reconocen la estrategia de Sheinbaum ante Trump.

Aunque las empresas de comercio exterior mexicanas agradecen el respiro de un mes concedido por Donald Trump , la preocupación sigue latente. No buscan solo una prórroga, sino la eliminación definitiva de la amenaza.
Una revisión anticipada del T-MEC dará una mayor estabilidad al comercio con Estados Unidos y evitará cuatro años de incertidumbre que hoy frenan negocios, de acuerdo con Carlos Novoa, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior (IMECE), organismo que agrupa a unas 2,500 empresas de exportación, maquila, transporte y aduanas.
“Muchas empresas estadounidenses desean hacer pedidos y establecer relaciones con proveedores mexicanos, pero prefieren esperar reglas más claras y mayor estabilidad en el mercado”.
Aunque la revisión del tratado está prevista para el próximo año, la presión y la incertidumbre actuales pueden adelantar la discusión. Una negociación activa sobre el T-MEC reduciría la incertidumbre, aunque la presión comercial persistiría, dice Novoa.
“Las reglas de origen probablemente se endurecerán. Estados Unidos buscará mayor certeza y ejercerá más presión sobre México para evitar que productos de terceros países ingresen a su mercado sin cumplir con los requisitos de origen”.
Lupa en los productos T-MEC
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, aclaró que la eliminación del arancel del 25% aplica solo a productos que cumplen con el T-MEC. Su estimación inicial señala que alrededor del 50% de las exportaciones mexicanas acatan estos requisitos.
El presidente del IMECE explica que no todo lo que México exporta a Estados Unidos está libre de aranceles; cada producto debe cumplir con su regla de origen para acceder a los beneficios del tratado.
Por ejemplo, una impresora importada de China que solo se empaca en México y luego se exporta a Estados Unidos no puede recibir preferencia arancelaria, pues sigue siendo un producto chino. En cambio, si se importa solo un componente de China y el resto del producto se fabrica con materiales de Estados Unidos y México, conforme a las reglas de origen, entonces sí se considera un producto regional y puede gozar del beneficio arancelario.
El gobierno estadounidense ha señalado abusos en este esquema, pero el tratado ya prevé mecanismos para que las autoridades de ambos países revisen estos casos y sancionen a quienes realmente incumplan las reglas.
Es fundamental castigar a quienes violen el tratado sin afectar los beneficios que este ofrece. No se debe considerar su eliminación por algunos casos de abuso.