Frente a desastres naturales, las baterías de litio podrían salvaguardar la industria mexicana

En los últimos años, en México, los desastres naturales, especialmente los huracanes, se han convertido en un tema coyuntural. Y es que estos fenómenos han afectado grandes porciones de territorio, aunque principalmente las costas de estados como Guerrero, Yucatán y Campeche.

Este tipo de desastres generan una amplia gama de problemas, desde pérdidas humanas y materiales, hasta el colapso de la infraestructura en lugares prósperos o en vías de recuperación, como el puerto de Acapulco. Esto no sólo impacta la vida de los ciudadanos, sino también el comercio y el sector industrial, que puede tardar meses en volver a operar, especialmente si dependen de la energía eléctrica generando pérdidas de millones de pesos mexicanos o dólares según su rubro.

Por eso es importante contar con formas alternativas de almacenamiento de energía eléctrica para la recuperación de los centros económicos y de puertos que alimentan a millones de personas y que son fundamentales para darle un nuevo soplo de vida a la industria hotelera. Estos sistemas garantizan la producción u operación continua de comercios y compañías, además de que impulsan la implementación de energías limpias y proyectos sustentables en el país.

Pero ¿cómo resolver esta incógnita? ¿Dónde podemos encontrar una solución clara y moderna? Muchas industrias, desde la de la hospitalidad, hasta la farmacéutica y la de procesamiento de plásticos, entre muchas otras, han optado por una solución sustentable y moderna: las baterías de litio gestionadas con inteligencia artificial. Un ejemplo de compañías que implementan este tipo de tecnologías, es Quartux, compañía mexicana líder en el sector de almacenamiento energético.

Estos sistemas de almacenamiento de energía se instalan en fábricas, edificios y plantas, conectadas detrás del medidor. Gracias a la generación distribuida, ahorran energía eléctrica y reducen el costo de la factura de luz con tarifas gdmth hasta en un 40%. Esto es posible porque almacenan energía cuando el costo es más bajo y la utilizan cuando el costo del servicio aumenta debido a la alta demanda. Además, están protegidas contra apagones, ya que operan con sus reservas una vez que se interrumpe el suministro de luz.

Esta tecnología de almacenamiento de energía es especialmente útil frente a desastres naturales, cuando las comunicaciones y el suministro de electricidad se vuelven complicados. Para lugares como hospitales, farmacias, albergues o aquellos que dependen de cadenas de frío, resulta fundamental este tipo de soluciones, al igual que para la ciudadanía que requiere sus servicios. Sobre todo en situaciones de emergencia, cuando el gobierno puede tardar horas o incluso días en restablecer las líneas de comunicación o el suministro de energía, como ocurrió en el caso de Otis en Acapulco.

 

Es así como contar con un respaldo eléctrico a través del almacenamiento energético cobra especial importancia ante la acelerada modernización del mercado mexicano, frente a retos como el nearshoring y la búsqueda de formas de alimentación energética más sustentables. Pero sobre todo ante el cambio climático y las crisis ambientales, que pueden afectar el desarrollo de los negocios de toda una región.

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