Delincuentes con placa

• PRI se abre a la alianza con el PAN

Cd. Victoria, Tam.- Dicen que poca importancia se le dará a los problemas que afectan a los demás hasta que uno se convierte en la víctima.
A mi memoria viene la fábula de “El ratón y la ratonera”, en la que un ratón que vivía escondido en un agujero de una granja llegó a darse cuenta que el granjero había comprado una trampa para ratones.
Asustado se metió a su escondite y luego corrió a avisar a los animales de la granja que lo recibieron con indiferencia; le contó a la gallina, se río y le dijo, “eso a mi no me preocupa”, luego al cerdo, que le dijo, “tienes mala suerte, rezaré para que no te pase nada”, igual con la vaca que le respondió, “no tengo nada que temer de una trampa de ratones”.
El roedor se fue triste a esconderse, no le quedaba más que enfrentarse solo a los peligros de la ratonera, durante la noche se escuchó el ruido de la trampa, la esposa del granjero fue a revisar pero no se dio cuenta que lo que se había atrapado era la cola de una serpiente venenosa, la que mordió a la granjera.
El granjero, después de llevarla al médico y regresar la mujer con una pequeña fiebre, el granjero pensó que un buen caldo de gallina era el mejor remedio, tomó el hacha y fue a matar la gallina.
La salud de su esposa empeoraba, amigos de ellos los visitaron y el granjero tuvo que matar el cerdo para darles de comer, finalmente la mujer murió y fueron muchas personas al funeral, el granjero acabó por sacrificar a la vaca para tener carne suficiente para todos.
La moraleja de esta fabula es bastante clara, no creas que un evento no vaya contigo porque no te afecta directamente, todos estamos relacionados por vínculos quizá invisibles.
Lo mismo pasa en nuestra sociedad, podemos ser testigos de lo que le sucede a algún vecino, familiar o amigo, pero nuestra naturaleza egoísta y porque en ese momento no nos perjudica, nos quedamos sin intervenir, y si se trata de un hecho delictivo o crimen frente a nuestros ojos, peor aún, nos quedamos callados, si nos piden ser testigos la mayoría de las veces nos negamos para evitar vernos involucrados.
La diferencia es que vivimos en una sociedad más compleja a la que se narra en la fábula, se ha perdido la confianza en las corporaciones de seguridad pública, y todo porque se han conocido casos donde quienes cometen los vergonzantes actos son nada menos que policías, hay casos documentados, no solo en Tamaulipas, sino en todo el país y en el mundo.
En Tamaulipas, hace más de 10 años que estalló la violencia y el crimen organizado, robos, extorsiones, asesinatos, que tuvo su origen en la famosa “guerra fallida” emprendida por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, lo único que hizo fue alborotar el avispero calificando de daño colateral a aquellos que han perdido la vida por estar en el lugar equivocado al momento de un enfrentamiento entre policías y criminales.
El problema mayor de los actos criminales es la impunidad, existen casos documentados, se han identificado a los “presuntos” culpables, se ha iniciado las investigaciones, pero finalmente terminan dándole carpetazo.
Precisamente en el 2010 trascendió la Masacre de San Fernando Tamaulipas, crimen cometido entre el 22 y 23 de agosto en el Ejido El Huizachal, en ese año estalló una ola de violencia en esta entidad y se mantuvo por 6 años de forma continua con más de 4 mil 500 muertos.
Después, en octubre del 2016 llegó al poder el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se creyó en un cambio, los tamaulipecos confiaron, pero en lugar de mejorar sólo se ocultaron los hechos para que no trascendieran a la luz pública.
Aún así, hubo casos que no pudieron ocultarse, la masacre del 19 de junio en Reynosa causo gran impacto, la masacre de Camargo, en la que asesinaron y quemaron a indocumentados, hechos que trajeron de nuevo recuerdos de los años más sangrientos en Tamaulipas, desde luego, con Cabeza de Vaca como gobernador.
De la ola de violencia, han sido acusados de tener nexos con el crimen organizado varios gobernadores, entre ellos el de esta entidad, Francisco García Cabeza de Vaca, donde opera un mando único de la policía, una sola corporación, casi 5 mil elementos de seguridad estatal presuntamente con un buen nivel de aprobación en controles de confianza.
Los llamados policías de elite de Tamaulipas, mejor conocidos como Grupo de Operaciones Especiales (GOPE) han sido denunciados por abusos, tortura y desaparición forzada, cuando se suponía que al contar con helicópteros, drones y mejor capacitación harían frente a la delincuencia, pero la historia ha sido muy distinta, estos elementos acumulan denuncias ante las autoridades de derechos humanos estatales y nacionales.
Hace apenas un par de días, sin ir tan lejos, aquí en la capital de Tamaulipas se presentó un caso de abuso en el que los afectados seguramente no denunciarán precisamente por la perdida de confianza a las autoridades que deberían garantizarles seguridad en caso de sentirse amenazados.
Los hechos sucedieron la tarde del martes aproximadamente a las 4 de la tarde en una vivienda de la Colonia Echeverría, donde elementos de la Policía Estatal Acreditable irrumpieron de forma violenta acompañados por Marinos, sin orden de cateo ni de aprehensión entraron, golpearon a los habitantes, causaron destrozos y se llevaron a un joven de 22 años de edad para remitirlo a las instalaciones de la Procuraduría General de la República, corporación que también se convirtió en cómplice de los abusos al no existir ningún cargo en contra de la víctima.
La familia vivió momentos de terror cuando los policías estatales les golpeaban mientras les apuntaban con armas de alto calibre.
El detenido fue privado de su libertad por menos de 48 horas, pues extrañamente fue puesto en libertad y hasta transporte le pagaron para que se fuera a su casa.
Definitivamente quienes deberían de Proteger y Servir con su forma de actuar se convierten en lo que deberían de combatir, en criminales y delincuentes, con la diferencia de que hasta portan una placa que los protege de cualquier situación en caso de ser demandados, pero aún peor, si se les demanda pueden llegar a desaparecer a quienes los acusan.
EL CIERRE
El aspirante del Partido Revolucionario Institucional a la candidatura a gobernador de Tamaulipas, Ramiro Ramos Salinas, ha manifestado estar dispuestos a aceptar una alianza con el Partido Acción Nacional en el próximo proceso electoral del 5 de junio del 2022.
Pero la apertura del priista no es de a gratis, desde luego que contempla varias condiciones, primero que el candidato surja del Revolucionario, pero también están dispuestos a que el Partido Acción Nacional designe al candidato siempre y cuando cuente con la confianza de la gente y cumpla con otros requisitos.
Ramiro Ramos ha señalado que en el PRI aparte de el está Enrique Cárdenas del Avellano y de entre ellos podría surgir el abanderado del Revolucionario a la gubernatura de Tamaulipas.
Hay que decirlo, si el PRI quiere ir solo en el proceso electoral como lo dice Ramos Salinas, corre el riesgo de desaparecer, le conviene más participar en alianza.
Por hoy aquí la dejamos, el espacio se nos agotó así que le ponemos el Punto Final… nos leemos hasta la próxima, les dejó mi correo electrónico para sugerencias, felicitaciones y reclamos, [email protected] y si le gustan estos comentarios nos agradaría mucho que lo comparta.

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