Ni con panteones puede Gattás

Por José Gregorio Aguilar

Visitar el panteón municipal de la Cruz es parecido a caminar entre la selva debido al abundante crecimiento de la hierba y maleza, lodo, además de que el visitante tiene que tolerar a fuerzas un acompañante no invitado: una plaga de molestos zancudos que serían capaces de despertar a los propios difuntos que duermen el sueño eterno.

Al menos es la descripción que se puede hacer de una parte de este cementerio, la parte posterior porque a la entrada la imagen no es tan deprimente; ahí la limpieza ha sido a medias, pero apenas se adentra un poco a la “jungla” la visita al panteón resulta una experiencia desagradable.

No se sabe si es cuestión de organización, desinterés o falta de recursos lo cierto es que el abandono y descuido son los eternos acompañantes de los panteones en Victoria.

Algunas tumbas apenas sí son visibles otras de plano no porque las hierbas las cubren además de que alejan toda clase de fauna nociva.

En algunos tramos del panteón, ya entierran a los difuntos sobre los pasillos y se dificulta caminar; hasta puede ser peligroso cuando hay charcos de agua.

Parece muy difícil que el de la Cruz esté en condiciones aceptables para el 1 y 2 de noviembre, independientemente de si se abrirán o no al público por cuestión de la pandemia por Covid, fecha en que se celebra la fiesta de todos los muertos.

Han pasado casi 25 días desde que el gobierno de Lalo Gattas tomó el control de los servicios públicos, pero no se observa todavía que el cambio se refleje en los panteones.

Los ciudadanos pidieron al presidente municipal que ordene con urgencia una jornada de limpieza porque es una vergüenza que este inmueble funerario se encuentre en condiciones tan deplorables.

Cabe precisar que las imágenes captadas y que hablan por sí solas corresponden al día sábado 23 de octubre.