Siete años de transformación y la esperanza social se sostiene

CDMX a 8 de diciembre de 2025 (Noticias de México).- Es innegable que los asistentes a la la celebración por los siete años de la 4T en el zócalo capitalino son personas convencidas de los logros de los gobiernos de López Obrador y Sheinbaum; y que mantienen viva la esperanza de la justicia social y una mejor distribución de la riqueza nacional, como lo promete el proyecto de la transformación.
*Los menos, los llamados acarreados, quienes llegaron a cubrir una cuota; pues lamentablemente esa práctica la han mantenido jefes de diversas áreas de gobierno.
También estuvieron presentes cientos de políticos que forman parte del movimiento, a saber, morenistas, petistas y del Verde Ecologista; además del gabinete legal y ampliado; así como senadores, diputados, alcaldes, gobernadores y funcionarios públicos en general, quienes abarrotaron la plaza de la Constitución; con los que sumaron alrededor de 600 mil personas, a decir de las cifras oficiales del gobierno capitalino.
Sin duda el Movimiento de Regeneración Nacional mantiene una base social real, numerosa, dispuesta a respaldar un proyecto político-social que pretende cambiar las reglas de la política pública. Esta realidad se refleja en estadísticas que marcan que 7 de cada 10 mexicanos apoya el proyecto de la 4T. Hay mucha expectativa, es cierto.
Y en ese ambiente político-social festivo en el corazón de la capital mexicana, la presidenta Claudia Sheinbaum, recién desempacada de Estados Unidos, donde entabló conversación directa con el presidente Donald Trump, insistió en el discurso pronunciado por Andrés Manuel López Obrador sobre la esencia del proyecto: la transformación de raíz, con reformas legislativas, inclusión de los pueblos originarios y la atención a las causas que originan los problemas nacionales.
La reiteración de ese discurso el sábado pasado ante las masas; cada mañana en la conferencia desde Palacio Nacional y en cada acto público al interior de la República, es para que el mensaje quede en la mente del público; con la fortuna, para millones, de que cada palabra tiene colateral con alguna política pública encaminada a lograr los objetivos de la 4T.
Así, la esperanza de los cientos de miles en el zócalo capitalino el pasado sábado debe representar un mandato moral para quienes gobiernan; para quienes las promesas de cambios hacia la consecución de la justicia social deben traducirse en hechos; y mientras más pronto mejor.
La esperanza, claro, sigue ahí. Es auténtica, legítima y necesaria. Y la esperanza exige resultados y autocrítica. Así, el proyecto de la 4T debe estar genuinamente comprometido a trabajar para concretar cambios estructurales; y si bien las movilizaciones son espectaculares, estas no transforman en sí mismas las condiciones de vida de quienes más lo necesitan.
Por lo que, les queda mucho camino por andar a los reformadores y a los responsables del poder ejecutivo en sus tres órdenes de gobierno para poder consolidar un proyecto de nación que ya cumplió siete años, desde 2018; y mantiene la expectativa, la esperanza y por lo visto, el voto anticipado de las mayorías.
