México enfrenta una crisis persistente en el transporte de carga

Para Bernabé García el servicio público federal se encuentran entre la violencia y la indiferencia oficial

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Tampico, Tamps.- La escena se repite con una constancia que preocupa al sector y agota la paciencia de los operadores: camiones detenidos a mitad del trayecto, choferes sometidos con violencia y cargas enteras que desaparecen en cuestión de minutos. Pese a los anuncios de coordinación interinstitucional, el robo en carreteras mexicanas no cede, y los transportistas advierten que la situación está lejos de mejorar.
En entrevista exclusiva con Bernabé García, representante de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) en la Zona Sur de Tamaulipas, el diagnóstico es preocupante: “Lamentablemente todo sigue igual”. Su afirmación, pronunciada con la resignación de quien vive a diario el riesgo, resume el sentimiento de un gremio que sostiene gran parte del movimiento económico nacional, pero que se siente desprotegido ante la violencia que impera en las carreteras.
“Para el centro de la República sigue siendo un tema los robos diarios”, señala García. “Ya se está trabajando con las autoridades correspondientes para ir eliminando ese tipo de incidentes, pero lamentablemente no hay avances significativos”.
El representante gremial enfatiza que el problema ha trascendido la pérdida económica: “El problema ya no es sólo la carga o la unidad; lo más grave es la violencia que sufren nuestros operadores”, comenta.
García revela que en algunos casos, los camiones cuentan con seguro, “pero eso no resuelve el miedo constante de quienes conducen. La vida del chofer vale más que cualquier mercancía”.
Su petición a las autoridades es directa: “Que hagan su trabajo. No pedimos otra cosa. Nosotros cumplimos con nuestros pagos, con los seguros, con los peajes, y aún así seguimos enfrentando el mismo peligro”.

EL FENÓMENO CRECE PESE A LOS ESFUERZOS OFICIALES

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Las cifras respaldan la preocupación de los transportistas. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el robo a transportistas creció 6.1 % en agosto de 2025, mientras que el 80 % de los incidentes involucran algún tipo de violencia armada o coacción contra los operadores, según la firma Overhaul, especializada en seguridad logística.
El problema no se limita a zonas conflictivas: la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV) estima que 65 % de los robos ocurren en sólo cuatro entidades —Estado de México, Puebla, Hidalgo y Guanajuato—, pero advierte que los corredores industriales y portuarios del Golfo, como los de Tamaulipas y Veracruz, se han convertido en nuevas áreas de riesgo.
En 2023, las autoridades reportaron más de 2 mil 200 carpetas de investigación por robo al autotransporte, un aumento de 10.8 % respecto al año anterior, según la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP). La tendencia se mantiene en 2024 y 2025, impulsada por el incremento del valor de las mercancías transportadas y la falta de vigilancia continua en tramos federales.
EL SUR DE TAMAULIPAS: CORREDOR VITAL BAJO PRESIÓN
La zona sur de Tamaulipas, estratégica por su conexión con los puertos de Altamira y Tampico, y su cercanía con el corredor industrial del noreste en Matamoros, enfrenta un doble reto: mantener la competitividad logística mientras intenta proteger la vida de los operadores.
Los transportistas denuncian que, aunque existen programas de patrullaje y puntos de control, la cobertura es insuficiente. “Las rutas más vulnerables son aquellas que conectan con el centro del país”, advierte García. “A veces, los asaltantes actúan con información precisa sobre la hora y el tipo de carga, lo que sugiere que hay filtraciones”.
La CANACAR ha solicitado al gobierno federal un refuerzo permanente de la Guardia Nacional en las carreteras más transitadas y la implementación de corredores seguros que garanticen una vigilancia continua. Sin embargo, los resultados, hasta ahora, son marginales.
Mientras que, el transporte de carga en México mueve cerca del 56 % del valor total de los bienes del país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Cada robo no sólo representa una pérdida material, sino una fractura en la cadena logística nacional.

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“Cada vez que un camión es asaltado, se paraliza una parte del sistema productivo”, explica un colega especialista en seguridad pública consultado por Noticias PC. “El impacto no sólo recae en la empresa transportista, sino en el consumidor final, que paga los sobrecostos en la mercancía y en los seguros”.
Por ello, el sector exige respuestas materializadas en disminución de incidencias, la violencia en las carreteras sigue siendo una herida abierta para los operadores. Bernabé García lo resume con la frialdad que da la experiencia: “La carga se repone. La vida, no”, concluyó.
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